Cuando hablamos de Antoni Gaudí se nos vienen a la mente una serie de obras arquitectónicas catalanas tan significativas como el Parque Güell o la Sagrada Familia. Sin embargo, este magnífico artista también quiso dejar en Cantabria su esencia, de ahí que en la localidad de Comillas podamos encontrar lo que se conoce con el nombre de El Capricho de Gaudí.
A finales del siglo XIX fue cuando se construyó dicha edificación, llamada originalmente Villa Quijano, que fue realizada por aquel por encargo del entonces cuñado del Marqués de Comillas y que actualmente está catalogada como Bien de Interés Cultural.
Como residencia de verano del citado noble fue como se planteó la construcción de esta edificación de estilo modernista y tendencia oriental que se compone de piso, buhardilla y semisótano sin olvidar, por supuesto, su torre que se caracteriza por su forma de alminar persa y por estar completamente revestida de cerámica.
Decoración floral y animal es la que engalana a este edificio que llama especialmente la atención por su colorido. Este es fruto de la idea que tuvo Gaudí de aunar y mezclar el ladrillo de color amarillo o rojo con la cerámica verde y la piedra.
Si está en Comillas no se lo piense, dese el “capricho” y visite el mismo.