La mejor forma de poder conocer Santander es “perderse” por sus calles para poder ir descubriendo sus monumentos más interesantes o sus rincones con mayor elegancia. De esta manera se puede conocer, por ejemplo, la Plaza de Pedro Velarde que se encuentra situada en pleno corazón histórico de la capital cántabra y que con su nombre rinde homenaje a uno de los héroes de la región que más peso tuvo durante la Guerra de Independencia Española.
Un grave suceso es el que puede determinarse que es el origen de la construcción de este espacio. En concreto nos referimos al incendio que en el año 1941 asoló el casco de la urbe y que llevó a que posteriormente se decidiera poner en pie edificaciones que volvieran a mostrar la riqueza y la belleza de aquella.
Así, inspirándose en la antigua aduana del siglo XVIII que antes del terrible acontecimiento se encontraba allí ubicada, varios arquitectos (Valentín del Noval, Rafael Huidobro y Javier González de Riancho) acometieron el proyecto de construcción de la Plaza de Pedro Velarde que quedó inaugurada en el año 1950.
De estilo neoclásico herreriano es este espacio, de forma cuadrangular, donde llaman la atención especialmente sus soportales y las cinco entradas que posee. No obstante tampoco hay que olvidar que en ella toman especial protagonismo las estatuas desnudas de un hombre y una mujer, llamadas “El Ahorro” y “La Beneficiencia” y realizadas por Agustín de la Herrán Matorras, o la de Pedro Valverde, que es una de las más antiguas que existen en Santander.