Cada ciudad o pueblo de España que festeja la Semana Santa cuenta con una serie de peculiaridades que la hacen diferente y que consiguen atraer a los turistas. Y este sería el caso, por ejemplo, de la villa cántabra de Castro Urdiales pues durante esos días de celebración religiosa lleva a cabo, como eje central de los mismos, su conocida Pasión Viviente.
En la década de los años 80 es donde se encuentra el origen de este evento, catalogado desde el año 2012 como Fiesta de Interés Turístico Nacional, que consiste en la representación de la vida de Cristo desde lo que es la última cena con los apóstoles hasta su resurrección.
En la mañana del Viernes Santo es cuando tiene lugar este evento religioso e interpretativo que es llevado a cabo por los vecinos de Castro Urdiales, quienes durante meses se preparan a conciencia no sólo para bordar sus papeles sino también para conseguir que los escenarios y el resto de elementos técnicos sean perfectos.
Más de seiscientos actores son concretamente los que participan en La Pasión Viviente que se desarrolla por distintos espacios del centro histórico de la villa, donde el numeroso público asistente queda encandilado con aquella.
En concreto, entre dichos escenarios necesarios para narrar esta parte de la vida de Jesucristo se encuentran la Iglesia de Santa María, la Atalaya, la Plaza del Ayuntamiento, el Castillo-Faro, el Paseo Marítimo, la Explanada de San Guillén o La Plazuela. Rincones todos ellos que se preparan y engalanan para hacer más creíble aún esta escenificación popular cántabra.